El Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, el sacerdote inicia la Santa Eucaristía en un lugar fuera del templo (Bella Vista).
En ese lugar se lee el pasaje del Evangelio que recuerda la entrada triunfal de Nuestro Señor en Jerusalén. Una vez que se ha leído, inicia una procesión hacia el Templo Parroquial. Durante la procesión todos llevan las palmas en la mano. El Sacerdote lleva un ramo de palma y viste capa pluvial roja.
Al llegar al templo el sacerdote dice la oración colecta. Es decir, el rito penitencial se suprime este día. Tras la colecta se lleva a cabo la liturgia de la palabra. En el Evangelio se lee la Pasión del Señor de acuerdo al año litúrgico.
Sobre la lectura de la Pasión llamo la atención en tres cosas. Primero, que no acompañan los cirios y el incienso la procesión del Evangeliario, como se hace habitualmente. Segundo, que no se hace el saludo “El Señor esté con ustedes” antes de la lectura de la Pasión. Tercero, que no se dice “Lectura del Santo Evangelio según san …”, sino “Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San …”.
Hago estos comentarios porque creo que puede ser de mucha utilidad para todos los que van a participar en su parroquia este domingo en esa celebración. Todos podemos cumplir estos detalles litúrgicos ese día.
La Pasión suele leerse a tres voces: una es el narrador, otra Jesucristo, y la tercera lee lo que dicen todos los demás (Pilatos, Caifás, etc.). Esto le da mucha viveza a la lectura. En el caso de la liturgia papal, no se lee, sino que se canta a tres voces por tres diáconos.
Tras la lectura de la Pasión, la misa sigue como de costumbre.
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