lunes, 8 de junio de 2015

Churuca celebro el 63 aniversario de la muerte de Monseñor Sanabria

Los ciudadanos de San Rafael de Oreamuno celebraron esté 8 de junio el 63 aniversario de la muerte de Monseñor Victor Manuel Sanabria Martinez en su cuidad de nacimiento. Al acto asistieron familiares, personalidades de la iglesia católica, miembros de organizaciones, representantes del Hospital Monseñor Sanabria de la provincia de Puntarenas y  Hermanas de la Congregación de la Asunción. 

Nació el 17 de enero de 1898 en Oreamuno, Cartago, hijo menor de Zenón Sanabria Quirós y Juana Martínez Brenes, vive sus primeros años en un ambiente  totalmente campesino ya que su padre era agricultor.

Hace sus primeros estudios primarios en Oreamuno, y los concluye en la  ciudad de Cartago, luego ingresa al Seminario donde encuentra su vocación al sacerdocio.
En 1918, recibida la Orden Mayor del Subdiaconado, fue enviado a Roma por Monseñor Juan Gaspar Stork. En esa ciudad, además de su ordenación de Diácono, fue ordenado Presbítero el 9 de octubre de 1921, pocos meses después de la consagración de Monseñor Rafael Otón Castro y Jiménez como primer Arzobispo de la Arquidiócesis de San José.
Merced a su inteligencia obtuvo en Roma el doctorado en Derecho Canónico con calificación de "Suma cum Laude", habiendo cursado también estudios en Filosofía.
Vuelve a Costa Rica y realiza algunos oficios pastorales, como coadjutor de la Parroquia de San Nicolás de Tolentino, hoy Catedral de Cartago Nuestra Señora del Carmen, y luego Párroco de San Ignacio de Acosta. A los seis meses de ejercer ese oficio fue nombrado Canónigo del Cabildo Metropolitano, donde ocupó varios cargos como Administrador y Canciller de la Curia Metropolitana.
En 1935 fue nombrado por el Arzobispo Castro como Vicario General de la Arquidiócesis de San José.
El 12 de marzo de 1938 fue nombrado como segundo obispo de la Diócesis de Alajuela y ordenado el 25 de abril del mismo año. Apenas dos años después, tras la sentida muerte de Mons. Castro, el  7 de marzo fue promovido a la Sede Arzobispal de San José, de la cual tomó posesión el 28 de abril de 1940, permaneciendo en el cargo hasta 1952.
Como logros de su obra pertenecen monumentales elementos, como el traslado del Seminario Central a su nuevo edifico en Paso Ancho, la creación del Seminario Menor, innumerables tareas en cuanto a obras sociales y de atención a los pobres, el impulso de la Acción Católica, la Fundación de “Radio Fides”, la protección de la educación católica, entre otras.
A Sanabria le correspondió apacentar el rebaño durante una época de conflicto, el mundo estaba en guerra y las consecuencias que se vivían eran tremendas. Su mérito más relevante fue la contribución a la redacción y su constante apoyo para que se lograra su promulgación, de las Leyes Sociales de la República, incorporándolos a la Constitución Política en el Capítulo de las Garantías Sociales, así como el Código de Trabajo.
Monseñor Sanabria contribuyó eficazmente para que desde entonces el costarricense disfrutara de beneficios, tales como: vacaciones pagadas, seguro social, pago de cesantía y otras prestaciones laborales.
A Sanabria le tocó, además, enfrentar la trágica conflagración nacional y la Revolución de 1948. No obstante, acabado el proceso bélico, con delicado tacto logró fundir en un solo pensamiento las ideas de los diferentes actores políticos y las de la Iglesia, de manera que el pueblo costarricense pudiera volver a la fraternidad que le había caracterizado.
Las cualidades como investigador en el campo de la historia, sobre todo la Historia Eclesiástica Costarricense, sus estudios genealógicos y su espíritu de investigación, le ha ganado un espacio preponderante como uno de los hombres más sabios con que ha contado Costa Rica.
Sanabria fue miembro de la Academia de Historia de Costa Rica, de la Academia de la Lengua, de la Academia Bolivariana, entre oras instituciones. Manejaba varios idiomas y ha sido considerado por algunas publicaciones entre los hombres universalmente notables.
Valga la oportunidad para indicar que en una de las columnas de la entrada a la Basílica de San Pedro en Roma, está grabado su nombre, como participante a la declaración del Dogma de la gloriosa Asunción de la Santísima Virgen María, en noviembre de 1950. A pesar de todo era modesto, sencillo de vida y con una acendrada piedad.
En este apartado destaco el trabajo que realizo sobre la Encontradiza como el llamaba a Nuestra Señora de los Ángeles, ya que con sus estudios e investigaciones, deja todo un legado histórico sobre nuestra patrona, plasmados en el libro Documento Histórico “ Beatea Mariae Virginis Angelorum” escrito en 1945, que un comentario con los seminaristas de la época, les dijo cuando presentó esta obra que tituló en latín: “sólo lo clásico se titula en esa lengua y si hay algo en Costa Rica que lo es, es precisamente Nuestra Señora de los Ángeles.”
Monseñor Sanabria falleció el 8 de junio de 1952, después de celebrar en La Catedral de San José, La Santa Eucaristía de la Solemnidad de La Santísima Trinidad, le sobrevino un ataque cardiaco, que le llevo a la muerte, tenía apenas 53 años, su honras fúnebres se realizaron en la Catedral Metropolitana, donde se le rindieron una serie de homenajes así como a lo largo del trayecto de su funeral, hasta llegar a su natal Churuca  y sus restos reposan en la tumba que se le construyó en la capilla que lleva su nombre en San Rafael de Oreamuno, Cartago. El Gobierno de Costa Rica decreto  duelo nacional.
El día 19 de noviembre de 1959, La Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica acuerda en la ley número 309 otorgar al Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor Dr. Don Víctor Manuel Sanabria Martínez, el título de Benemérito de la Patria.

Lic. Carlos Oreamuno Toledo Comunicador Social de la Diócesis de Cartago









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